EL AMOR  NO  REQUIERE  QUE  DOS   PERSONAS  SE  MIREN  ENTRE  SÍ.   PERO  SI,   QUE  MIREN JUNTOS  EN  LA MISMA DIRECCIÓN.

A. de Saint-Exupéry

 

   

 

 

Quienes somos?

¿Quienes somos?, una pregunta difícil de responder, aglutinamos una gran variedad de personas, desde (permitirme que los incluya aquí) los hombres que nos comprenden, que nos apoyan y que están a nuestro lado, pasando por las personas que tan solo de vez en cuando, y sin saber muy bien porqué, necesitan ponerse una ropa femenina, hasta llegar a la transexual completa (mujer atrapada en un cuerpo de hombre), sin olvidar a las mujeres biológicas que también en muchos casos son para nosotras una ayuda fundamental.

Evidentemente, entre tanta variedad, no se pueden establecer pautas generales, ni los problemas que nos afectan son los mismos, cada una de nosotras es, fácilmente, un caso muy particular con algunas semejanzas a otras y posiblemente muy distante de otras muchas. Eso lleva a un evidente desconocimiento hacia nosotras y, porqué no decirlo, también entre nosotras; y ese desconocimiento lleva a la incomprensión, a la desconfianza y en muchos casos al desprecio e insisto que esto también se da entre nosotras mismas.

Es posible que fuese más fácil responder a la pregunta ¿QUIENES NO SOMOS?, desde luego no somos personas enfermas, aunque necesitemos, en muchos casos, ayuda especializada para saber cual es nuestro auténtico camino y desde luego siempre antes de tomar decisiones que van a afectar a nuestro futuro (psicólogos, endocrinos, etc.).

Tampoco somos homosexuales, esta parte es una de las más difícilmente comprensible desde el exterior, pero... no, definitivamente no lo somos. Entre nosotras existen heterosexuales, bisexuales, homosexuales (gays y lesbianas) e inclusive, estoy segura, asexuales. Lo curioso es que, en muchos casos, tampoco somos comprendidas por el mundo homosexual y a veces somos intensamente rechazadas.

Tampoco somos prostitutas, evidentemente es algo abundante como en todos los colectivos discriminados, a los que se les ha perseguido, expulsado de su trabajo y puesto en duda su "estabilidad mental". En muchos casos, esa ha sido la única salida después de perderlo todo y, aunque a muchos les sorprenda, la necesidad de comer, de vestir, de tener un techo...de vivir sigue acompañándonos. Lamentablemente, ese camino ha sido "la carta de presentación" que ha quedado más impresa en la sociedad, fomentada en muchos casos por los medios de comunicación, desde la televisión hasta internet.

Somos personas normales, personas corrientes, entre las que hay camioneras/os, abogadas/os, empleadas/os de banca, e incluso directoras/es. Somos personas que desearíamos poder manifestarnos libremente sin ser rechazadas por la sociedad, sin perder nuestros trabajos, nuestras familias; sin ser observadas como "bichos raros" por la calle. Y también debemos comprender que somos muy diferentes las unas a las otras, como ocurre entre todas las demás personas, es decir también entre nosotras existen las egoístas y las dispuestas a ayudar, las simpáticas y las aburridas, las feas y las guapas, las gordas y las altas, a las que les gusta el sexo más que a un "tonto un lápiz" y a las que "ni fu ni fa".

Pero todas tenemos algo en común, sentimos y padecemos, reímos y lloramos... y es que todas tenemos dentro nuestro pequeño corazón.

Un beso

Vanesa

 

 

 
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